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El Amor como Propósito Espiritual

Nosotros fuimos creados para desarrollar un propósito espiritual elevado. Estamos en esta experiencia humana con el fin de traer Luz al mundo, de compartir los dones y las virtudes que nos han sido dadas e iluminar con ellas nuestra conciencia y la de los que nos rodean.

Ésta es la meta última de nuestra vida: Dar luz, compartir, iluminar y ayudar al mundo a evolucionar, cada uno con sus virtudes particulares.

Ese propósito de vida es nuestro faro, al cual debemos mirar cada vez que tomemos decisiones. Siempre, en cada uno de nuestros pasos, debemos preguntarnos ¿Esta acción me acerca a mi propósito? ¿Esta acción ilumina? ¿Esta acción comparte Luz? ¿Esta acción es generosa y amorosa con todo lo que toca?

Elegir basándonos en nuestros deseos egoístas, con el único fin de alimentar nuestras necesidades terrenales, de calmar nuestras pasiones o de engrandecer nuestro ego, no comparte Luz, no nos ayuda a evolucionar ni se alinea con nuestro propósito espiritual. Si elegimos en congruencia con nuestro propósito, estaremos sin duda, acercándonos a Dios.

Una relación amorosa tiene la función de ser un canal que nos ayude a multiplicar nuestra Luz. La relación de pareja debe acercarnos a nuestro propósito espiritual y debe ser soporte para la manifestación el propósito espiritual del otro.

Una relación consciente es un medio para multiplicar las virtudes y las bendiciones que compartimos al mundo. El Amor verdadero tiene la finalidad de expandirnos, de hacernos libres, de proporcionarnos visión, sabiduría, y experiencias profundas que nos acerquen a nuestro entendimiento de lo Divino.

Dice la Kabbalah que cuando nos enamoramos, cuando sentimos mariposas en el estómago, cuando experimentamos el vértigo y la euforia de haber encontrado a esa persona, es en realidad un “flash" cósmico. Una visión que nos regala el Universo para poder alcanzar a ver cómo sería la experiencia del Amor con esa persona si la vivimos con conciencia, con amor incondicional, con desapego y alineando la vivencia amorosa diaria con nuestro propósito espiritual.

Estar enamorado es en realidad una visión profunda que nos habla de todo el potencial que podría tener esa relación de pareja para compartir Luz Infinita al mundo.

Elijamos una relación de pareja que responda si a estas preguntas: ¿Esta relación me acerca a mi propósito? ¿Esta relación comparte Luz al mundo? ¿Esta relación es generosa y amorosa con todo lo que toca?

Elijamos amar con conciencia, elijamos una relación que lleve Luz no solo a nuestras vidas, también al mundo.

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